Vida y muerte del diario Perfil
Abstract
Fue uno de los proyectos más ambiciosos en el periodismo argentino reciente. Perfil quería ser el medio de las nuevas generaciones ilustradas, racionales, modernas, desprejuiciadas… consumistas, también. ¿Los modelos? El País –a cuyo diseño se pareció muchísimo– y El Mundo de Madrid, La Vanguardia de Barcelona, La Repubblica italiana. Se contrató a una planta de buenos periodistas. Se explicitaron altos estándares éticos y profesionales. Se publicitó como el símbolo de los nuevos tiempos. Y se erigió todo el proyecto sobre la sólida base económica de una empresa que edita cuatro de cada diez de las revistas que se venden en Argentina. Pero la aventura duró menos de tres meses. Fernando Ruiz intenta desentrañar las razones del fracaso, pero advierte que sólo el hecho de que se haya intentado es en sí mismo una buena noticia.