Abstract
Este trabajo encuentra motivación en la constante y desafiante necesidad de adecuar la Ley General de Sociedades 19.550 (“LGS”) a la realidad económica, comercial y empresarial actual. Realidad que ya ha perdido su carácter novedoso en el mundo interconectado en el que vivimos, por estar arraigada en un fenómeno del que ya se escucha hablar desde hace muchos años: la globalización.