Abstract
... Este artículo fue acogido favorablemente por el mundo del fútbol, habida cuenta de la cada vez mayor proliferación de compañías involucradas en los negocios de transferencias de jugadores, no solo con el fin de obtener un beneficio dinerario, que es lícito y se ha admitido incluso por el TAS[3] al receptar los “derechos económicos”, sino también con la pretensión de influir en el devenir deportivo del futbolista, llevándole a jugar en una entidad no elegida por él sino por la compañía, o en el comportamiento de un club, impidiéndole, por ejemplo, transferir a un jugador sin el consentimiento de esa compañía...