Abstract
El objetivo de la presente tesis doctoral es desentrañar qué autoridad es conveniente que tenga la última palabra en materia de derechos humanos y cómo debe concretarla. Estos interrogantes pretenden ser abordados desde el pensamiento de Ronald Dworkin y Jeremy Waldron. Sus respuestas conducen a indagar sobre la le-gitimidad del control de constitucionalidad por medio del cual los jueces pueden declarar la inconstitucionalidad de la legislación que deriva de la voluntad de los representantes del pueblo.