Catolicismo y liberalismo ¿Fin de un anatema? Libertad, igualdad, fraternidad. El trilema revolucionario en clave cristiana
Abstract
Tanto si se considera a las religiones un narcótico que intoxica a las masas o un cemento
saludable para la sociedad, como si se les adjudica constituir un ariete de la revolución, las
relaciones entre la religión y la política han significado una rica temática reiteradamente expuesta
en la literatura académica.
No se trata ciertamente de un tema novedoso, aunque lo es considerar los cambios que las
religiones sufren al trasluz del devenir histórico en este segmento analítico, si se centra el campo
de reflexión en la religión católica en relación a una ideología concreta, en el caso el liberalismo.
Es notorio que en el desarrollo de la teología moral católica, el movimientismo liberal, debido
a su raíz agnóstica e incluso atea, provocó una desconfianza en la palabra libertad y un rechazo
de sus planteamientos ideológicos, considerados radicalmente contrarios al mensaje cristiano.
Sin embargo, los textos magisteriales han comenzado a mostrar, sobre todo a partir del
Concilio Vaticano II, una nueva actitud ante su antiguo enemigo el liberalismo, que parece
profundizarse en el actual pontificado benedictino.
Este proceso evolutivo acredita una relectura sobre una vieja cuestión, e invita a una nueva
consideración sobre toda una porción de los fieles cristianos, llamados católicos liberales, hasta
ahora considerados rayanos en la herejía. Ellos sufrieron durante un largo tiempo el estigma de la
heterodoxia. Es en este punto donde parece oportuno preguntarse ¿estamos ante el fin de un
anatema?